Hoy, más que tener presencia digital, se trata de tener una presencia que convierta. Y para eso, el sitio no puede ser solo una vitrina: tiene que ser una máquina bien aceitada que guíe al usuario a tomar acción.
1. El sitio tiene que tener un objetivo claro.
¿Quieres vender, agendar, mostrar un portafolio, educar? El diseño, el contenido y el recorrido deben construirse en torno a ese objetivo. No se trata de tener “una web bonita”, sino una que sepa lo que tiene que hacer.
2. Cada página debe tener una acción definida.
Cada sección debe responder a una necesidad del usuario y llevarlo a una acción concreta: agendar, cotizar, suscribirse, escribir por WhatsApp. Si no hay un llamado claro, hay una oportunidad perdida.
3. Mide todo. Optimiza todo.
Instalar Google Analytics no basta. Hay que mirar qué se está clickeando, dónde se cae la gente, qué páginas funcionan mejor y cuáles no. Sin data, no hay mejora.
4. Automatiza donde puedas.
Formularios inteligentes, integraciones con CRM, respuestas automáticas: todo lo que ahorre tiempo al usuario (y a tu equipo) suma. Un buen sitio web trabaja 24/7, sin vacaciones.
¿Tu sitio está vendiendo por ti… o solo está ocupando espacio en internet?